¿En qué consiste estar “a prueba” de pornografía? Partamos de algo claro, estar a prueba de pornografía no quiere decir una protección del 100% de la exposición a esta.

Piense en una gabardina, el que sea a prueba de agua no quiere decir que nunca va estar expuesta a la lluvia. Por el contrario, ha sido diseñada para estar afuera, bajo la lluvia, sin embargo, le ayudará a librarse de una gran cantidad de agua y lo mantendrá protegido.

Es lo mismo con los niños y niñas a prueba de pornografía. Ellos pueden adquirir  la información  y las habilidades cognitivas que les ayudarán a librarse de la pornografía que está lloviendo a su alrededor y a minimizar el efecto sobre ellos.

Por ejemplo, los niños y las niñas pueden aprender en “Imágenes Buenas imágenes Malas” cómo pueden mantener su Cerebro de Pensar al mando, mediante la utilización del Plan Yo Puedo (Averigüe más sobre esto aquí.)

Me encanta esta verdad tan simple y obvia: Cuando usted sabe más, usted puede hacerlo mejor. Y cuando los padres y madres comprendan lo crucial que es hacer que sus niños estén a prueba de pornografía, podrán actuar para empoderarlos contra lo que se ha convertido en una epidemia virtual destructiva.

Desafortunadamente para los niños y niñas, muchos padres esperan hasta que sus hijos/as estén entrando en la adolescencia, antes de tener una conversación, un tanto incómoda, acerca de la pornografía. Comprensiblemente, han esperado porque no querían despertar la curiosidad en sus niños, pero mientras esperaban, sus hijos e hijas ya han sido probablemente expuestos a la pornografía, a través de un amigo del colegio o a través de un pariente o de un amigo de la familia. Y sus niños puede haber quedado enganchados, o por lo menos haber sido infectados, con falsas ideas acerca de los propósitos buenos y saludables del sexo.

Los estudian indican que el niño o niña promedio está expuesto a la pornografía entre los 7 y los 13 años. ¿Y qué pasa cuando son expuestos? ¿Salen corriendo a contarle a sus padres? Usualmente no. Los padres a menudo son los últimos en enterarse.

Conozco un niño así. Cuando tenía siete años, su familia fue a visitar a unos parientes, quienes tenían bajo su cuidado a dos adolescentes. Una tarde, estos niños le dijeron que los siguiera hasta el garaje, y luego le dijeron “queremos mostrarte algo”. Sacaron una revista de pornografía de su escondite y sin decir una palabra más abrieron las páginas en frente de este niño. Después de dos páginas de fotos explícitas él les dijo que quería entrarse a la casa.

Lastimosamente el trauma resultante de estos pocos segundos duraría tres décadas, y las imágenes permanecerían atrapadas en su memoria hasta este día. Aún a esa tierna edad, fue profundamente alterado por lo que vió, y llegó a sentir una compulsión implacable y abrumadora de ver imágenes similares.

Se convirtió en adicto al uso de la pornografía y todo empeoró cuando se encontró con el Internet. Sin embargo, fue uno de los afortunados, porque alrededor de los 30 años fue capaz de liberar su cerebro de los tentáculos de la adicción a la pornografía, a través de un programa de 12 pasos, de consejería para las adicciones, y del apoyo de su esposa.

Pero he aquí la verdad escalofriante: hasta este día sus padres no saben acerca de su lucha de toda una vida contra la adicción.

Abramos una conversación acerca de los daños de la pornografía, suficientemente temprano para que haga una diferencia. Armemos a los niños y niñas con información para que tengan el poder de protegerse a sí mismos. Podemos hacerlo. Espero que usted se una a mí, en pasar la voz acerca de ayudar a que los niños estén a prueba de pornografía.

Por Kristen A. Jenson – Marzo 19, 2012

https://protectyoungminds.org/2012/03/19/hello-world/

Traducido por Miryam Ángel S., con el permiso de ©Glen Cove Press LLC.

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